martes, 16 de marzo de 2010

Name it

Yo siempre pensé en el amor, qué significa querer a una persona, sin importar si eres correspondido.
Siempre pensé que el sufrimiento por el sufrimiento ajeno era inevitable, que las alegrías serían compratidas, que la ayuda sería incondicional, que por muchos fallos que se sucedieran, jamás le fallaría, que vería reflejada a la otra persona en tantas cosas que no me la podría sacar de la cabeza.
Y sí, sigo pensándolo. Da igual el número de cosas malas que hayan pasado, o el número de cosas malas que te hayan hecho o que hayas hecho tú mismo, contra ti, contra él o contra el mundo, el amor sigue estando ahí, por que nunca dejaré de sufrir por la persona que amo, nunca dejaré de alegrarme con sus éxitos ni de ayudarle incluso cuando no lo necesita, y siempre compensará estar al pie del cañón, por mucho que pase, por que la felicidad que produce recordar a quien amas en cada trozo de canción o en cada juguete de una tienda, eso, no tiene nombre y jamas lo tendrá.

2 comentarios:

@lvaro dijo...

Pensaba como tu... pero hace algún tiempo que deje de hacerlo.

This is not Luxembourg anymore dijo...

dont lose hope :)